miércoles, noviembre 25, 2009

Mi enfermedad

Quisiera platicar de mi enfermedad.

Hace algún tiempo no podía dejar de rascarme. Rascarse es uno de los placeres más gratos para un perro, pero cuando la comezón es tanta que las patas nos quedan llenas de sangre no es nada agradable.

Perdí mi pelo y tenía un olor que solo podía significar problemas, fue una época muy triste para mí.
Amigo me llevó a varios lugares donde me atendieron pero los remedios que nos daban solo funcionaban por un día o dos que era cuando descansaba y podía dormir un poco.

Recibía baños casi todos los días y realmente Amigo estaba muy preocupado, hubo noches enteras en que se quedó cuidándome y hasta me ayudaba a rascarme cuando estaba muy cansada.

Finalmente una doctora me recetó un líquido que me ayudó y recuperé algo del pelo perdido y mi vida pudo ser relativamente normal, sin embargo seguí teniendo episodios de comezón muy fuerte.

Cuando Amiga llegó a nuestra vida, fuimos con otro doctor y me puso varias inyecciones. Ahora estoy completamente curada y feliz. Lo más importante; tengo mi pelo de vuelta.

Siempre estaré orgullosa de mi pues a pesar de lo incomoda y cansada que estaba en lo más duro de mi enfermedad nunca demostré tristeza o dolor, al contrario, siempre traté de darle una sonrisa a mi preocupado humano.

Debo reconocer que hoy en día me rasco más de lo necesario pues desde aquel tiempo noté que si me rasco recibo atenciones. Pero no le digan a nadie. Ese será nuestro secreto…

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