miércoles, abril 14, 2010

La historia de Aretha.

Aretha vivió alrededor de 1 año con una familia que la solo la quiso cuando era cachorro, por la novedad. Una  vez que creció, dejaron de hacerle caso y desde entonces vivió encerrada en un patio.

Ella lloraba y lloraba pero no había nadie que le hiciera caso, solo veía a personas una vez al día cuando recordaban darle de comer.

Aretha no entendía que había hecho mal pues hacia sus necesidades afuera y no mordía cosas, estaba muy triste y en muy malas condiciones.

Un día la familia decidió que comprarían un perro grande y llevaron a Aretha al veterinario con el pretexto de que se rascaba mucho. La verdad es que la llevaron ahí porque querían deshacerse de ella.

El veterinario conoce a mi humana pues el atiende algunas mascotas de la familia, le explicó lo que pasaba y de repente, Aretha ya tenía una nueva familia.
Mi humana fue por Aretha y la llevó a la casa donde la esperábamos con ansias.  Cuando llegó trató de morderme y me puse triste.

Siempre provoco esa reacción en otros perros, (mi humano dice que es por envidia) el caso es que la nueva mascota al principio no era nada amable conmigo y quería tener toda la atención de los humanos, lo cual no pasó pues ellos están muy acostumbrados a mí y a tenerme cerca.

En fin, un par de meses después puedo decir que ha aprendido a vivir conmigo y hasta jugamos con la pelota. Soy como su hermana mayor y es curioso que hace todo lo que yo hago, hasta duerme conmigo en mi cama. A veces hace calor y ella se pega mucho a mí, así que me tengo que ir a otro lado, pero me sigue y se me vuelve a pegar. ¡No entiendo como no tiene calor con tanto pelo!.

Desde el principio se portó bien pues le enseñé donde debía ir al baño. Una vez, jugando le ladró a mi humano exigiéndole comida y entonces yo le ladré a ella. A nuestra familia no se le debe ladrar con ese tono ni de broma.

Algo en lo que debe trabajar es en su apego a los humanos porque es exagerado y llora mucho cuando no están. Espero que con el tiempo aprenda que ellos suelen salir mucho pero siempre regresan. Ser abandonada de nuevo es el miedo más grande de Aretha y en verdad espero que lo pueda superar.

Por cierto, desde que llegó hago más ejercicio pues ahora tengo una competidora y no puedo dejar que me gane la pelota. Sería una vergüenza para mi raza si un perro tan pequeño me llegara a ganar, después de todo: soy un Labrador.

No hay comentarios:

Publicar un comentario