sábado, octubre 01, 2011

El viaje a la playa. Parte 2.


...Cuando finalmente nos detuvimos, fuimos llevadas a el espectáculo mas grande, mucha arena donde jugar y agua, ¡mucha agua!.


Al principio me quemé las patas en la arena pero corrí hacia el agua pues tenía mucha sed… No fue buena idea tomarla, no sabía bien. De cualquier manera fue refrescante mojarme las patas que momentos antes me ardían por la arena caliente.

















Mi humanos, su hermano y yo nos metimos al agua mientras Aretha huía despavorida.


Estuvimos un rato jugando en el agua y luego nos sentamos en la arena mojada a esperar a los demás. En todo el tiempo que estuvimos en la playa, nunca pude quitarle la vista al mar. Era lo más maravilloso que jamás había visto y nunca lo olvidaré.




Después de un día de juegos y nadar me sentía muy cansada. Aretha, yo y todos los humanos nos fuimos a un cuarto a descansar y en cuanto me recosté ya no supe de mí. Estaba tan cansada que ni siquiera me paré a comer.

Al día siguiente, mi humano me levantó temprano para ir a la playa. Aretha nos siguió pero se regresó al cuarto al ver que nos meteríamos al agua. Después de un rato, me cansé y regresé a la arena con mi humano, pero el regresó al agua y casi se pierde ahí. Me angustie y sentí que tenía que ir por el pues podía pasarle algo así que me metí al agua y nadé rápidamente hacia él.
Resultó que estaba bien y me recibió abrazándome. Solo le gustaba nadar hacia el infinito, lejos de la arena. Creo que nunca  me acostumbraré a verlo desaparecer en el agua, no me gusta esa sensación.

Aunque Aretha le tenía mucho miedo al agua, la mamá de mi humano la metía y ella regresaba a tierra despavorida. Lo que si le gustó es jugar en la arena así que lo hicimos por horas.

Cuando me alejaba Aretha se asustaba e iba por mi.


De noche, todos nos sentamos alrededor del fuego a la luz de la luna a comer carne asada. No puede existir nada mejor que eso.

Un día, la mamá de mi humano y el cachorro de él, me cubrieron de arena en la playa. La sensación era rara, pero me estuve quieta por mucho tiempo hasta que ya no soporté la comezón. El cachorro parecía muy divertido viéndome cubierta.
Lo que no pude hacer fue nadar en la alberca, tenía muchas ganas pero no se me invitó así que me quedé en la orilla. Otra vez será.
El día que regresamos a casa yo estaba exhausta y no podía más, hasta fue un alivio regresar a la ciudad para poder descansar. Una vez en mi cuarto dormí y dormí…

No sé si regresaré algún día pero si no lo hago está bien pues ya he conocido algo que muchos perros no se imaginan que existe y que ni en sus sueños más hermosos pueden ver.
Siempre recordaré lo que sentía al estar con mi familia disfrutando de su compañía y al lado del mar, fue algo que siempre estará conmigo y sé que con ellos también. Vi a mi humano particularmente feliz de que yo estuviera ahí con él. Para mí él siempre ha sido y será la parte más importante de mi existencia. Toda mi vida he estado a su lado y sé que siempre será así.

Solo quisiera que más perros tuvieran a alguien como él, que se preocupa por mí y me hace tan feliz.

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