lunes, marzo 22, 2010

Mi viaje al parque.

En donde vivimos hay muchos lugares amplios con árboles y pasto, esta vez nos tocó ir a uno que no conocía.

Para los humanos parece ser igual unos u otros pero los olores son completamente diferentes y nuevos para nosotros los perros, por eso nos divertimos mas que nunca cuando variamos nuestros lugares de paseo.
Aretha y yo corrimos mucho porque me llevé mi pelota y aunque rara vez logra quitármela, lo intenta con todas sus fuerzas.

A veces me siento triste por todos esos perros que viven encerrados o en las azoteas de las casas. Los perros odiamos estar solos y a veces creo que es mejor que los humanos no tengan animales a que los tengan sufriendo. 

Si ustedes fueran niños; ¿les gustaría que los tuvieran en una azotea día y noche mientras huelen y escuchan a familia divirtiéndose y conviviendo? Pues los perros somos niños toda nuestra vida, es injusto tener una vida así.

En fin, después del paseo fuimos a un lugar donde mi humana entró y salió con bolsas llenas de comida. No entiendo como hacen los humanos para aparecer comida, es un poder que quisiera tener yo pues casi siempre tengo hambre.

En la última foto, pueden ver como acabamos el día. Felices y cansadas.

domingo, marzo 21, 2010

¿Qué sucede cuando los perros tienen cara de culpables?

Les pido una disculpa amables lectores por abandonar mi diario. He estado ocupada con mi humano y Aretha haciendo ejercicio porque ya estaba muy timbona.
Mañana pondré unas fotos de un paseo que me gustó muchísimo, mientras les dejo este articulo de interés perruno y una foto de un perro muy guapo.

Alexandra Horowitz, Profesora del Barnard College, en Nueva York, ha publicado recientemente un trabajo en la revista Behavioural Processes titulado “Canine Behaviour and Cognition” (Comportamiento canino y cognición) que explora un fenómeno bastante conocido por todo aquél que ha tenido un perro alguna vez: La “mirada culpable”.
Cuando los perros se portan mal y son atrapados “con las manos en la masa” e incluso cuando no los sorprendemos cometiendo “el delito”, adoptan una actitud como la del perro que acompaña esta anotación: Bajan las orejas, se encorvan un poco y miran de abajo hacia arriba como disculpándose por ser “tan malos”.
Horowitz hizo un experimento en el cual les pedía a los dueños de los perros que abandonaran la habitación después de que estos les decían a sus mascotas que no comieran cierto bocadillo. En algunos casos, los perros obedecían, pero en otros se comían el bocadillo. A veces Horowitz tomaba el bocadillo o reemplazaba el que el perro se había comido. Después hacía entrar al dueño del perro y Horowitz les decía (mintiéndoles frecuentemente) lo que había sucedido. Los perros ponían cara de culpabilidad sólo si sus dueños pensaban que se habían comido el bocadillo. En cambio, si se lo habían comido y Horowitz lo había reemplazado, no mostraban señal alguna de “culpa”. De tal forma que la autora concluyó que en realidad la “actitud de culpabilidad” no era una reacción a lo que el perro había hecho en realidad, sino a la actitud del dueño. Nota de Tarja: La verdad es que hacemos esa cara simplemente porque de esa manera ya nadie nos regaña ;-)